LaS FáBuLaS



Para los de una edad ya madurita, las fábulas del Burrito flautista, de la Zorra y las uvas, del Ratón de la corte y el del campo, el congreso de los Ratones, la Cigarra y la Hormiga... son historias que forman parte de nuestra niñez. Eran ese tipo de libros los que se consideraban para niños y nuestros libros de texto estaban plagaditos de ellas.

¿Qué es una fábula? Pues según la wikipedia: Las fábulas son composiciones literarias breves en las que los personajes casi siempre son animales que presentan características humanas como el hablar. Estas historias concluyen con una enseñanza o moralejade carácter instructivo, que suele figurar al final del texto. ¡Ay las moralejas! ¡Qué miedo con algunas de ellas! Pero que instructivas otras. 


Al hilo de un comentario en el libro de texto de mis alumnos, hemos estado leyendo fábulas de todos los libros que tenemos en la Biblioteca. Que son muchos, pero el más moderno de los 80. Les llama mucho la atención el tipo de ilustraciones de estos libros ya "antiguos" que tan diferentes son  de la ilustración a la que están acostumbrados. Eso ya me pone contenta, pues demuestra que van aprendiendo y observan los libros que pasan por sus manos.

Hemos aprendido palabra nueva: moraleja. 

Y hemos intentado adivinar la moraleja de las fábulas que han ido escuchando.

Y me encanta cuando después de acabar, confiesan que no lo han entendido.

Y después muy despacito vas leyéndola otra vez, incidiendo en las claves y se les abre la boca. Ahhhh! vale...

Vamos a pasear alguna fábula por el blog. Para que recordemos algunos y para que descubran otros.

Iriarte, Esopo, Samaniego, Lafontaine... nombres tan conocidos por unos y tan exóticos para otros.


La moraleja de esta fábula de Tomás de Iriarte les ha entusiasmado.

EL TOPO Y OTROS ANIMALES

Ciertos animalitos, 
todos de cuatro pies,
a la gallinita ciega
jugaban una vez.
Un Perrillo, una Zorra
y un Ratón, que son tres;
una Ardilla, una Liebre
y un mono, que son seis.
Este a todos vendaba
los ojos, como es
el que mejor se sabe
de las manos valer.
Oyó un Topo la bulla,
y dijo:_Pues, pardiez,
que voy allá, y en rueda
me he de meter también.
Pidió que le admitiesen,
y el Mono, muy cortés,
se lo otorgó (sin duda
para hacer burla de él).
El topo a cada paso
daba veinte traspiés,
porque tiene los ojos
cubiertos con un piel;
y a la primera vuelta,
como era de creer,
facilísimamente
pillan a su merced.
De ser gallina ciega
le tocaba la vez;
y ¿quién mejor podía
hacer este papel?
Pero él con disimulo
por el bien parecer
dijo al Mono: _¿Qué hacemos?
Vaya, ¿me venda usted.

Si el que es ciego y lo sabe,
aparenta que ve,
quien sabe que es idiota,
¿confesará que lo es?

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